Durante siete días en Bogotá se habló de paz y no sólo en
los escenarios dispuestos en toda la ciudad, sino también en las redes sociales
y en los medios de comunicación. Se hizo en varios idiomas y dialectos; con
invitados de las capitales colombianas, de regiones apartadas de nuestra geografía
y de 37 países del mundo.
Se cantó, se bailó, se recitó, se discutió, se habló, pero
mejor aún se escuchó… todo gracias a la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para
la Paz de Colombia que puso en la agenda nacional cada uno de sus componentes:
el académico con sus páneles, el artístico con sus exposiciones, cineforos y
obras de teatro y hasta sus conciertos con los más grandes autores e
intérpretes colombianos y de figuras internacionales como Rubén Blades, León
Giecco y Carlos Varela.
Fueron intensas jornadas en las que hubo espacio para todas
las voces, posiciones y opiniones, donde la diversidad se respetó y la ética
cultural se apoderó de los escenarios, donde fue posible tener en un mismo
espacio a personajes antagónicos frente a un tema que quedó claro no sólo es de
víctimas y victimarios sino de todo un país: la paz.