Un hombre de la tercera edad a quien llamaban ‘Barbas’, su esposa conocida como ‘Adriana’, sus tres hijos y uno de sus yernos, habrían sido los fundadores de la estructura delincuencial conocida como ‘Los Obispos’, que además de crear un emporio de microtráfico, se habrían dedicado al homicidio selectivo, por el control de territorios, en la localidad de Rafael Uribe.

Cuando
‘Barbas’ y su esposa recobraron su libertad, continuaron delinquiendo y
reclutando más integrantes entre ellas cinco mujeres y 15 hombres que empezaron
a afectar los entornos escolares, parques y escenarios de esparcimiento con el
tráfico de sustancias sicoactivas.