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Ser adulto mayor y peatón en Bogotá quintuplica el riesgo de morir en un accidente vial

Las principales víctimas de accidentes viales con peatones
en Bogotá son los adultos mayores.
Foto: Angie Tatiana Ángel Chaparro, magíster en Ingeniería de Transporte.
agenciadenoticias.unal.- En Bogotá viven cerca de 1.200.000 personas mayores, equivalentes al 15 % de la población capitalina. Para una parte importante de ellas, caminar no es una elección sino la principal forma de desplazarse para resolver necesidades cotidianas. Sin embargo, esa dependencia de la movilidad peatonal tiene un costo desproporcionado.

Según el Anuario de Siniestralidad Vial de Bogotá, en 2024, 565 personas murieron en siniestros viales en la ciudad, y 270 de ellas eran adultos mayores de 60 años, es decir, el 47,8 % del total de víctimas fatales. Esta cifra muestra que una minoría poblacional concentra casi la mitad de las muertes en el espacio público.

Motocicletas, invasión del espacio peatonal, cruces inseguros, semáforos con tiempos insuficientes para cruzar y el deterioro de las aceras configuran un entorno urbano que castiga precisamente a quienes más dependen de caminar. Lo que para un adulto joven puede ser un andén normal, para una persona mayor se convierte en una carrera contra el tiempo y los obstáculos.

Estos patrones fueron analizados por Angie Tatiana Ángel Chaparro, magíster en Ingeniería de Transporte de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en una investigación que combinó información de movilidad peatonal, siniestralidad vial y características del entorno urbano. El estudio permitió evidenciar que Bogotá no está diseñada para ser caminada en la vejez.

Donde caminar es más riesgoso

El análisis identificó dos circuitos peatonales dominantes en la ciudad. En el centro-norte, localidades como Chapinero, Teusaquillo, Usaquén y Barrios Unidos concentran trayectos asociados a salud preventiva, gestiones financieras y vida social. Allí, los recorridos suelen ser más cortos, entre 20 y 23 minutos, debido a la cercanía de servicios y equipamientos urbanos.

En contraste, en el sur de Bogotá, en localidades como Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy, Usme y San Cristóbal, los desplazamientos a pie responden a necesidades urgentes y labores de cuidado. Son trayectos más largos y frecuentes, y es en estas zonas donde se registra la mayor concentración de viajes peatonales de adultos mayores, especialmente mujeres de estratos 1, 2 y 3.

Los orígenes de estos viajes se concentran en sectores de alta densidad poblacional y bajos ingresos, como El Lucero y Timiza. Desde allí, muchas personas mayores se ven obligadas a desplazarse hacia nodos centrales de servicios. Chapinero emerge como un imán por su concentración de centros médicos privados y comercio especializado. La Candelaria y el centro atraen por la realización de trámites oficiales, mientras que zonas como Puente Aranda y Galerías concentran servicios de comercio y salud. Esta desconexión entre el lugar de residencia y los espacios donde se resuelven las necesidades básicas obliga a recorridos largos y complejos entre localidades.

El estado de las aceras, la existencia de rampas, el tiempo
de semáforos son  factores que influyen en la seguridad
peatonal  del adulto mayor.
Foto: archivo Unimedios.
Al superponer los mapas de movilidad peatonal con los de siniestralidad vial, la investigación identificó que las localidades con mayor letalidad peatonal para adultos mayores son Los Mártires, donde se concentra el 36,1 % de los fallecimientos, Santa Fe con el 23,2 %, Tunjuelito con el 16,3 % y Puente Aranda con el 15,5 %.

“Localidades como Suba, Engativá o Kennedy tienen la mayor cantidad absoluta de personas mayores, pero la siniestralidad allí es menor. El riesgo letal se concentra en zonas donde coinciden una alta frecuencia de viajes peatonales y un entorno urbano hostil, con intersecciones complejas, tráfico veloz y cruces inseguros”, explica la investigadora.

En sectores como Ciudad Bolívar, Usme y San Cristóbal, aunque la proporción de personas mayores es menor, la exposición al riesgo sigue siendo alta por la ausencia de rampas accesibles, el deterioro de las superficies peatonales, la falta de iluminación y la presencia de pendientes pronunciadas y separadores elevados que se convierten en verdaderas barreras urbanas.

“La siniestralidad peatonal de las personas mayores no responde únicamente a la concentración de población, sino a condiciones estructurales del entorno urbano. Por eso, el análisis de la movilidad debe abandonar enfoques generalistas y asumir un enfoque verdaderamente diferencial”, enfatiza la magíster.

Un índice que cambia el mapa de la ciudad

La invasión de espacio peatonal, las aceras en mal estado
y la falta de bancas son factores limitantes para los
adultos mayores.
Foto: Angie Tatiana Ángel Chaparro.
Para profundizar en estas diferencias, la investigadora transformó el Índice de Caminabilidad tradicional y lo convirtió en un Índice de Caminabilidad para Personas Mayores. Más que un ajuste técnico, el cambio implicó una nueva forma de evaluar la ciudad, al incorporar variables críticas para el envejecimiento, como espacios para el descanso, señalización clara y visible, cobertura arbórea continua, presencia de baños públicos y entornos predecibles y familiares.

Mientras que para la población general la presencia de rampas tiene una relevancia baja, para una persona mayor alcanza el nivel máximo, pues un andén de 15 centímetros sin rampa puede convertirse en un obstáculo insalvable ante la pérdida de fuerza muscular o problemas articulares. Lo mismo ocurre con las bancas, cuya ausencia deja de ser un asunto de confort para convertirse en una limitación directa de la movilidad.

El tiempo de cruce en los semáforos ejemplifica con claridad esta diferencia. Lo que el índice general considera suficiente, como 20 segundos para cruzar 30 metros, resulta insuficiente cuando se tiene en cuenta la velocidad promedio de marcha de un adulto mayor, que oscila entre 0,8 y 1 metro por segundo, frente a los 1,2 a 1,4 metros por segundo de un adulto joven.

Diferencias en el índice de caminabilidad de Bogotá entre la
población  general y las personas mayores de 60 años.
Foto: Angie Tatiana Ángel Chaparro, magíster
en Ingeniería de Transporte
.
Al aplicar estos nuevos criterios, zonas que en el índice general aparecen con calificaciones buenas descendieron hasta dos niveles. Sectores como La Candelaria, Santa Fe y Los Mártires, pese a su alta densidad de servicios, presentan aceras angostas, pavimento irregular, escalones frecuentes y tráfico vehicular complejo.

De igual forma, el eje de la Avenida 68, entre la Autopista Norte y la Calle 80, pasa de una calificación buena a baja debido a cruces peligrosos, ausencia de bancas en tramos extensos e invasión constante del espacio peatonal.

“El corredor comercial de la Calle 53, en Chapinero, también desciende en la evaluación, porque la mayoría de sus semáforos no cumple con el tiempo mínimo de cruce requerido por una persona mayor y porque los andenes presentan desniveles significativos”, detalla la investigadora.

El índice de caminabilidad para personas mayores (ICAM-PM)
revela diferencias  asociadas a la estratificación socioeconómica
en Bogotá.
Foto: Angie Tatiana Ángel Chaparro
En resumen, la infraestructura de la ciudad está pensada para un peatón que no coincide con la realidad del envejecimiento. Si hoy Bogotá no está adaptada para las personas mayores, tampoco lo estará para las generaciones que vienen”, concluye.

La advertencia cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que la población de 60 años o más crece a un ritmo cercano al 3 % anual. Para 2050, este grupo representará el 21 % de la población, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. En Colombia, el número de adultos mayores pasará de cerca de 7 millones a más de 9 millones en 2030. La pregunta ya no es si la ciudad debe adaptarse, sino cuándo y para quiénes lo hará.

Kennedy y Puente Aranda entre las localidades que concentran más calor en Bogotá

En algunas localidades de Bogotá hace más
calor durante el día que en otras.
Foto: archivo Unimedios.
El fenómeno urbano conocido como “isla de calor” es un aumento de la temperatura en las ciudades frente a las zonas rurales, producido por materiales como el asfalto o el cemento, que absorben el calor durante el día y lo liberan en la noche.

En Bogotá este no es homogéneo; por ejemplo en Usaquén, Chapinero o Teusaquillo –en el norte y oriente– se disfruta de un “respiro térmico” “gracias a la presencia de parques, corredores verdes y árboles de gran tamaño que ayudan a disipar el calor y mantienen activo el ciclo natural de la humedad”, explica la investigadora Angélica María Quintana Linares, magíster en Geomática de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Su trabajo consistió en observar mediante imágenes satelitales cómo cambió la distribución del arbolado en Bogotá entre 2014 y 2024, y su relación con la temperatura superficial. Los resultados muestran que las zonas con temperatura más baja cuentan con parches de árboles más grandes, de entre 900 y 4.000 m2.

Estos espacios permiten que el calor se reduzca entre 1,7 y 2,1 °C, con capacidad de refrescar áreas de hasta 300 m a la redonda, lo que demuestra el impacto tangible del arbolado en el bienestar urbano.

“Entre las 2 y las 3 de la tarde se concentra la mayor cantidad de calor en la ciudad. Por ejemplo Kennedy puede superar los 30 °C en los sectores con predominio de fábricas, conjuntos residenciales y pocas zonas verdes, o vegetación dispersa que no logra mitigar la temperatura”, indica la experta.

Los árboles son cruciales para mitigar el calor, por lo que las zonas
con menos cobertura vegetal registran más grados centígrados.
Foto: María Fernanda Londoño, Unimedios.
La temperatura está por las nubes

Además de usar imágenes del satélite LANDSAT 8, la magíster recolectó datos de 24 estaciones meteorológicas de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá (RMCAB) y del Sistema de Alerta de Bogotá (SAB), para determinar cómo se distribuye el calor a lo largo del día y entre las localidades.

En los 10 años estudiados observó que las zonas con acumulación térmica aumentaron un 8 %, sobre todo en las localidades de Kennedy, Puente Aranda, Bosa, Antonio Nariño, Barrios Unidos y Engativá.

Luego, mediante un software de simulación, analizó cómo los parches de árboles —como los presentes en Chapinero o Usaquén—reducirían el calor en otras zonas. Los resultados muestran que con suficientes metros cuadrados de arbolado, en Kennedy la temperatura podría disminuir entre 1 y 2,5 °C.

Algunas localidades tienen más fábricas e industrias que
árboles, lo  que acelera el aumento de islas de calor.
Foto: archivo Unimedios.
El estudio también advierte que las islas de calor impactan en la salud de los habitantes, ya que la sobreexposición puede causar agotamiento, deshidratación o dificultad respiratoria, especialmente en adultos mayores o niños con enfermedades pulmonares.

La investigación se concentró en las temporadas del fenómeno de El Niño (entre diciembre y febrero), cuando aumentan las temperaturas y disminuyen las lluvias. Aunque no se identificaron las especies arbóreas específicas, un nuevo trabajo conjunto con el Departamento de Biología de la UNAL busca clasificarlas a partir de los datos satelitales.

Aunque el calor urbano es un desafío creciente, la investigación demuestra que la naturaleza ya ofrece parte de la solución: los parches de arbolado urbano, que reducen la temperatura del aire, mejoran el confort térmico y hacen más habitable la ciudad. Planificar su siembra no es un lujo estético, sino una medida de salud pública y bienestar.

El avance de la urbanización también influye en el aumento
de la temperatura, por materiales como el cemento y asfalto.
Foto: archivo Unimedios.
Un dato adicional que evidencia la desigualdad en la cobertura vegetal es que las localidades con menos calor (Candelaria, Chapinero, San Cristóbal, Suba, Teusaquillo, Usaquén y Usme) concentran el 80 % del arbolado de Bogotá, mientras que Kennedy, Puente Aranda, Bosa y Engativá apenas cuentan con el 20 %.

La magíster Quintana concluye señalando que “la ciudad puede aumentar y conectar sus zonas verdes en donde más se necesitan, creando corredores de sombra que mitiguen el calor del occidente. Cada árbol nuevo y cada árbol que se conserva es una forma de proteger la vida urbana en una capital que cada día siente más el aumento del termómetro”. Su trabajo fue dirigido por la profesora Nelly Rodríguez Eraso, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL.
Un plan de siembra de miles de metros cuadrados de árboles ayudaría a
disminuir hasta 2 °C en localidades como Kennedy y Puente Aranda.
Foto: archivo Unimedios.

Kennedy, bajo el dominio del microtráfico: 6 estructuras y 11 bandas criminales operan en la localidad

Marcas de zonas, reclutamiento de jóvenes y control territorial forman parte de la lógica empresarial del microtráfico en Bogotá.
Foto: Juan Barreto / AFP.
Con cerca de 8 millones de habitantes, Bogotá afronta una de las formas más persistentes y destructivas del crimen urbano. Lejos de reducirse a expendios ocultos en zonas marginales, el microtráfico se ha consolidado como una economía paralela que infiltra instituciones, se adapta al entorno y transforma el espacio urbano. En este escenario, Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa concentran dinámicas delictivas cada vez más organizadas y peligrosas, con una expansión que afecta la vida cotidiana de millones de ciudadanos.

Según informes periodísticos y de la Policía Metropolitana, en Kennedy operan al menos 6 estructuras criminales y 11 bandas que disputan el control del negocio de las drogas. Entre ellas figuran redes transnacionales como el Tren de Aragua y combos locales en expansión como Los Satanás, Los Aguaceros, Los Boyacos y Muñeca Roja. Este entramado criminal ha diversificado sus formas de operar, y hoy ocupa parques, colegios, zonas comerciales y conjuntos residenciales como escenarios habituales para el microtráfico.

Los puntos de expendio de drogas –conocidos como “ollas”– no se concentran solo en sectores marginales: ahora la modalidad son los parques, entornos escolares, zonas comerciales y hasta conjuntos residenciales que se usan como escenarios para la comercialización de drogas mediante la modalidad de microtráfico. Allí se identificó un área geográfica continua donde se acopia la droga que llega del interior del país, la llamada “Puerta 6” de Corabastos, en donde se han identificado, por ejemplo, disputas violentas entre grupos por el control del negocio que evidencian la sofisticación y territorialización de este fenómeno.
Cotidianidad del barrio María Paz, en la localidad de Kennedy,
en donde operan múltiples bandas criminales.
Foto: Luigi Giovanny Silva Vizcaya, magíster Gobierno Urbano de la UNAL.
Luigi Giovanny Silva Vizcaya, magíster en Gobierno Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien ha investigado el tema, afirma que Kennedy cumple con las condiciones ideales para la expansión del microtráfico: alta población joven, espacios públicos desprotegidos, niveles de desempleo superiores al promedio distrital, y desconfianza generalizada en las autoridades. Además, su ubicación facilita la circulación hacia otras zonas críticas como Ciudad Bolívar y Bosa, lo que convierte la localidad en un nodo articulador del negocio.

Añade que, hay estudios que revelan que después del desmantelamiento del Bronx en 2016, al menos 14 nuevos centros de microtráfico se consolidaron en Bogotá, de los cuales 3 están en Kennedy. La cadena de valor criminal se ha fragmentado para dificultar su persecución: desde los grandes distribuidores hasta los jíbaros, cada actor cumple una función específica en esta economía ilegal.

"El microtráfico representa no solo un problema de seguridad, también es una economía paralela que compite con las legales. Se estima que en operativos realizados por la Policía Metropolitana de Bogotá en 2023 se incautaron en Kennedy y Bosa más de 550 kilos de marihuana lista para ser distribuida en la ciudad, mercancía valorada en más de $2.000 millones", explica el magíster de la UNAL.

¿Por qué crece el microtráfico en Bogotá?

Según el experto, la expansión del microtráfico no se puede explicar solo por el aumento de la demanda de drogas, pues además existen factores estructurales que lo facilitan, como corrupción institucional, ineficacia judicial, fallas en la prevención del consumo y una débil presencia del Estado en los territorios. A esto se suma el uso político del problema, que muchas veces se aborda desde una visión represiva más que preventiva.

Además, los narcos trajeron la droga a las ciudades con la misma rentabilidad, pues gastan menos en la seguridad que implica sacarla al exterior, pierden menos mercancía en incautaciones y su precio varía según el estrato social del consumidor. En 2015 se identificaron 7.982 usuarios consumidores en Kennedy, 9.177 en Bosa y 6.497 en Ciudad Bolívar, panorama que debió aumentar en la última década.

Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa son centros estratégicos de
acopio y distribución de estupefacientes en el centro del país.
Foto: archivo Unimedios.
"Los grupos delincuenciales han aprendido a adaptarse a estos vacíos. Subcontratan bandas locales, utilizan menores de edad para evadir penas, y cuentan con redes de protección institucional que les permiten operar con relativa impunidad. En muchos casos la comunidad prefiere guardar silencio por miedo o porque obtiene ingresos indirectos de estas economías ilícitas", señala.

Por ello, en su investigación revela que el problema del microtráfico en Bogotá, y en particular en Kennedy, no se resolverá solo con más policías, allanamientos o bloques de seguridad. Se requiere una estrategia integral que articule seguridad, justicia, salud pública y desarrollo social. La perspectiva de seguridad humana propone abordar no solo la ausencia institucional, sino también la violencia directa y las condiciones estructurales que permiten su reproducción.

Esto implica invertir en prevención del consumo, fortalecer la confianza institucional, recuperar espacios públicos, promover la empleabilidad juvenil y garantizar el acceso a oportunidades dignas para quienes hoy solo encuentran ingresos en la economía criminal. También es clave diferenciar entre pequeños distribuidores y estructuras organizadas, para enfocar los esfuerzos de manera más efectiva en su comercialización y distribución.

El microtráfico estimula otros delitos como el hurto, la extorsión y el homicidio.
Foto: archivo Unimedios
La ciudadanía también tiene un rol clave: denunciar, organizarse, recuperar espacios, educar a los jóvenes y exigir resultados. La lucha contra el microtráfico no se gana solo con operativos, vigilancia y castigo, sino con comunidades empoderadas que no toleren la normalización del delito, por el amor a su barrio, su localidad, con espacios geográficos urbanos ordenados y seguros con un desarrollo local amplio, con inversión social.

"Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa no pueden seguir siendo laboratorios de abandono institucional y renta criminal. La ciudad entera debe preguntarse qué está dispuesta a hacer para recuperar estos territorios, no con miedo, sino con dignidad y corresponsabilidad", expresa el investigador Silva.

Corte ordena solicitar estudio sobre amenaza y riesgo del barrio Los Alpes

Corte le ordenó a la Secretaría del Hábitat de Bogotá solicitar al Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) un concepto técnico que evalúe las condiciones de amenaza y riesgo del barrio Los Alpes

La decisión de la Sala Quinta de Revisión obedece al estudio de una tutela que formularon cuatro ciudadanos quienes consideraron vulnerados sus derechos a la vivienda digna, la vida y la seguridad personal toda vez que no se realizaron las gestiones correspondientes para reubicarlos y garantizarles la vivienda en un lugar seguro en el que no se presente riesgo de derrumbe o destrucción.

La Sala amparó los derechos de los ciudadanos al considerar que el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER), pese a tener conocimiento de que las viviendas de los accionantes están ubicadas en una zona de suelos de protección por riesgo, no ha definido si este se puede mitigar.

La Corte señaló que, en diciembre de 2020, la Alcaldía Mayor de Bogotá creó un programa que regula el reasentamiento de familias en caso de encontrarse en condiciones de alto riesgo no mitigable en la ciudad. Para la ejecución de dicho programa el IDIGER tiene la obligación de elaborar un concepto técnico por medio del cual recomiende la reubicación de hogares localizados en las zonas señaladas y establecer la prioridad de tal reasentamiento.

Si bien la Corte tiene claro que la entidad estatal realizó un diagnóstico técnico sobre los predios de los accionantes, lo cierto es que hasta la fecha no ha emitido un concepto técnico que establezca restricciones para la ocupación del suelo, ni mucho menos recomendaciones a las distintas autoridades para el uso de las zonas expuestas a condiciones de amenaza. El IDIGER basó su posición en que no recibió una orden expresa de la Secretaría del Hábitat.

Para la Corte resulta inadmisible y reprochable esa justificación debido a que existen pruebas que dan cuenta de la amenaza inminente que recae sobre un sector del barrio Los Alpes ubicado en el sur de Bogotá. Así las cosas, para la Sala, el IDIGER desconoció el deber de seguridad e integridad de los accionantes.

El Tribunal reiteró los deberes de prevención de desastres y reubicación a cargo de las autoridades locales. En su jurisprudencia, la Corte ha establecido que es obligación de las autoridades locales mantener completa y actualizada la información de las zonas de alto riesgo de deslizamientos o derrumbes y adoptar las medidas necesarias para lograr la reubicación de las personas que habiten en zonas en las que las condiciones del terreno amenacen sus derechos.

En consecuencia, en el caso concreto, la Sala amparó los derechos de los accionantes, le ordenó a la Secretaría Distrital de Hábitat que le solicite al IDIGER la elaboración de un concepto técnico que evalúe las condiciones de amenaza y riesgo del barrio Los Alpes.

Asimismo, le ordenó al IDIGER que rinda un concepto, en el cual deberá i) establecer si el riesgo al que se someten sus viviendas es susceptible de ser mitigado, y ii) en caso de que el riesgo no sea mitigable, recomendar que los accionantes sean incluidos en un programa de reasentamiento de hogares localizados en zonas de alto riesgo no mitigable del Distrito Capital de Bogotá.

M.P. Jorge Enrique Ibáñez Najar

Glosario jurídico:

Los deberes de prevención de desastres y reubicación a cargo de las autoridades locales: Del derecho fundamental a la vivienda digna se deriva la obligación a cargo del Estado de establecer las condiciones de asequibilidad y habitabilidad de la vivienda para las personas que viven en zonas de alto riesgo, imperativo que desarrolló el Legislador en diversas disposiciones (Sentencia T-122 de 2024).

El derecho a la vivienda digna: El artículo 51 de la Constitución Política dispone: “todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. El Estado fijará las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promoverá planes de vivienda de interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y formas asociativas de ejecución de estos programas de vivienda”.

Usme, Santa Fe, y Ciudad Bolívar, localidades con la pobreza monetaria más preocupante de Bogotá

Agencia UNAL.- Uno de los objetivos de los Gobiernos y de Naciones Unidas es calcular la pobreza, y para 2030 se estimaba que debería haber una disminución significativa de este fenómeno que afecta 712 millones de personas en el mundo.

 En Colombia, aunque cifras del DANE muestran que la pobreza monetaria bajó, aún hay imprecisiones en las mediciones que hacen difícil saber qué ocurre en regiones apartadas o en las localidades y barrios de una ciudad. Por eso el investigador Eduard Fabián Rodríguez Malpica, magíster en Estadística de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), revisó la “letra pequeña” de este problema, en el que evaluó datos como, por ejemplo los de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) 2018.

Con un método estadístico y software de programación, que
evalúa zonas más pequeñas y su información, se llegó a los
resultados del estudio. Foto: archivo Unimedios.
Aunque para ese momento se estimó que la pobreza monetaria en las ciudades principales, entre ellas Bogotá, fue del 12,4 %, pero para identificar lo que ocurre en las localidades no tiene suficientes datos, algo que también ocurre en departamentos como Vichada o Guaviare, donde es difícil aplicar la medición con precisión.

Y no es de extrañar, pues el costo operativo y de personal para realizar este proceso es alto, pero la estadística ofrece una receta para que esto deje de ser así, y todo gracias al método de estimación de áreas pequeñas, una técnica que tiene en cuenta, como su nombre lo dice, regiones o territorios de una menor proporción y que no cuentan con los datos suficientes para tener el porcentaje preciso de alguna variable, en este caso la pobreza.

Para la investigación se tuvieron en cuenta variables como la
violencia intrafamiliar y la desnutrición infantil, que se sido
asociado con la pobreza monetaria.
Foto: Nicol Torres, Unimedios.
 “Esta técnica utiliza información auxiliar o complementaria para ayudar a estimar lo que ocurre en cada localidad; en la investigación utilizamos lo que ocurría en violencia intrafamiliar y desnutrición infantil en estos lugares, que en estudios pasados se ha asociado con un mayor riesgo de pobreza, y que en las encuestas no se relaciona de manera directa”, indica el experto Rodríguez.

Añade que “en países como España este tipo de modelos ya ha tenido éxito; de hecho, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el DANE, aunque han estado trabajando en su implementación, no han tenido en cuenta los subregistros que se presentan tanto para las denuncias de violencia intrafamiliar como para la desnutrición.
Nueva estimación de la pobreza monetaria

Mapas que muestran el porcentaje de pobreza monetaria
por localidad en Bogotá, teniendo en cuenta la violencia
intrafamiliar.
Foto: Eduard Fabián Rodríguez Malpica, magíster
en Estadística de la UNAL.
Utilizando el lenguaje de programación R, que se enfoca en el campo estadístico para analizar un gran flujo de datos, el magíster examinó tanto la GEIH 2018 como del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional y el Subsistema de Vigilancia Epidemiológica de la Violencia Intrafamiliar, Maltrato Infantil y Violencia Sexual, con el fin de determinar el error de medición asociado con los subregistros, que para la variable de violencia fue cercano al 7,5 %, mientras que para la desnutrición infantil estuvo en casi el 50 %.

Estos aspectos evidencian la necesidad de considerar los subregistros de estas problemáticas al asociarlas con la pobreza monetaria; luego de tener este dato aplicó el método de estimación de áreas pequeñas, para analizar la información de las 20 localidades de Bogotá, y encontró que, si no se tiene en cuenta el error antes mencionado, los porcentajes de pobreza pueden variar hasta en más de 1 %, lo cual en estadística es una diferencia muy representativa.

Para la localidad de Usaquén el porcentaje era de 7,9 %, y con la mejora llegó a un 9 % de identificación de la pobreza monetaria; lo mismo pasó para Suba, que pasó de 10,6 a 11,5 %. En cuanto a los mayores porcentajes de pobreza monetaria se encontró que Usme (23 %), Santa Fe (22 %), y Ciudad Bolívar (18 %) son las localidades que presentan más esta problemática, de lo cual no se tenía registro con tal detalle para la capital.

Eduard Fabián Rodríguez Malpica, magíster en Estadística de
la UNAL. Foto: Eduard Fabián Rodríguez Malpica, magíster
en Estadística de la UNAL.
“Algo determinante es que las encuestas que se realizan no tienen representatividad en la mayoría de las localidades, por ejemplo en Sumapaz, en donde hay 1.000 hogares posibles para medir, no se encuesta a nadie; y lo mismo ocurre en La Candelaria, lugar en el que hay 8.000 viviends, pero tan solo se cubren 24”, explica el investigador Rodríguez.

Añade que “los hallazgos ayudarían a trazar mejores políticas públicas para atacar este problema, con la gestión precisa de los recursos, para mejorar las condiciones sociales, de salud, educación y de seguridad de los habitantes de estas localidades. Este es un primer paso para seguir estudiando a fondo la pobreza monetaria en Bogotá, con más variables y la opinión de expertos.

Por cada estación de telecomunicaciones instalada en Usme hay 11 en Chapinero

 agenciadenoticias.unal.-   Así lo evidenció Juan Pablo Neira en su Maestría en Urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, cuyos resultados reveladores se recogieron en el libro Bogotá inteligente: Una mirada a la tecnópolis del siglo XXI desde el urbanismo de redes, una de las 120 novedades de la Editorial UNAL en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2024.

Según el magíster, “entre la ciudad y la tecnología existe un ‘cortocircuito’: mientras por un lado está la industria tecnológica desplegando soluciones todos los días en la ciudad –como aplicaciones, sensores, cámaras y plataformas–, casi nunca se tiene conciencia plena de los efectos que esos dispositivos pueden tener sobre la urbe y sus usuarios”.

“De otra parte, hay una desconexión desde la planificación urbana, es decir, se subestima la influencia que las tecnologías puedan tener sobre la ciudad, a veces se banaliza, e incluso se niega”.

Frente a ese vacío, él vio una oportunidad para aportar desde su trabajo de maestría, hoy convertido en libro, en el que aborda la ciudad desde una visión tecnológica, como un ente productivo en el que el funcionamiento viene garantizado por las tecnologías y el afán es buscar cómo y dónde se despliegan en beneficio de la ciudad, lo que algunos autores conocen como la “tecnópolis”, y que se enmarca dentro del “urbanismo progresista”.

En el mapa se observa cómo la concentración de estaciones radioeléctricas
se encuentra en los estratos 4, 5 y 6. Foto: Elaboración de Juan Pablo Neira,
magíster en Urbanismo de la UNAL.
Teniendo en cuenta ese concepto, “la ciudad se piensa como una máquina, y cuando eso pasa habrá características de la máquina que se plasmarán en la ciudad”, agrega.
TIC en tres capas de análisis

Su estudio analiza la ciudad a partir de tres capas o puntos de vista de las TIC: infraestructura, industria, y uso que la ciudadanía hace de estas herramientas.

En el caso de la infraestructura, trabajó con el inventario de estaciones radioeléctricas y el cableado de cobre de internet en Bogotá. Este conjunto de datos, suministrado por la Secretaría de Planeación Distrital, consta de información georreferenciada sobre este tipo de infraestructura urbana.

Para la segunda, mapeó y analizó la industria tecnológica en la ciudad a partir del inventario de empresas TIC suministrado por la Cámara de Comercio de Bogotá, que consta de 15.000 empresas compiladas ante el registro mercantil desde 1972 hasta 2020.

Y para el tercer punto de vista usó la Encuesta Multipropósito de 2017, que cuenta con información acerca de la adopción TIC por parte de 222.000 personas y 77.000 hogares (desagregados por localidad y unidad de planeamiento zonal, UPZ).

Para el análisis de la información utilizó sistemas de información geográfica (SIG) y herramientas de geoprocesamiento con las que cruzó indicadores como densidad urbana, estratificación e ingresos per cápita, con el fin de buscar correlaciones entre estas variables y la ubicación de dicha infraestructura.

En relación con la infraestructura, se encontró que ni es uniforme ni se rige por la densidad urbana. En cambio, sigue claramente factores como el ingreso per cápita y el estrato socioeconómico, patrón que se puede evidenciar en localidades, barrios y manzanas.

El ingeniero de sistemas Juan Pablo Neira, magíster en Urbanismo
durante la presentación del libro, una de las novedades de la UNAL
en FILBo 2024.
A mayor ingreso y estrato, mayor cobertura y presencia de estos equipamientos. Así, por cada estación instalada en Usme hay 11 en Chapinero; dentro de los barrios con más estaciones (el top 25) no hay uno solo del estrato 1, hay solo uno del estrato 2, y un tercio pertenece al estrato 3. La situación es distinta en los estratos más altos, donde todos tienen representación y suman casi la mitad de los barrios dentro de la muestra.

Además, los estratos 1, 2 y 3 son los más comunes entre las manzanas de la ciudad (16, 35 y 27 %), pero apenas cuentan con estaciones instaladas en el 1, 3 y 10 % de sus manzanas, respectivamente. En contraste, los estratos 4, 5 y 6 suman el 9 % del total de manzanas, pero cada uno de estos tiene estaciones instaladas en al menos el 20 % de sus manzanas.

Por otro lado, el acceso efectivo a internet (porcentaje de hogares con conexión) revela los mismos resultados: este servicio se da en mayor medida en las localidades con mayor ingreso per cápita (Teusaquillo con un 90,9 % de conectividad versus Usme con 43,3 %), así como en los hogares de los estratos más altos (estrato 6 con una conexión en el 96,2 % de sus hogares versus el 39,1 % del estrato 1).

En relación con la capa 2 evidenció que las pequeñas empresas se distribuyen casi uniformemente por toda la ciudad, “pero cuando se empiezan a ver las medianas y grandes empresas, ellas si no se ubican en cualquier sitio, se empiezan a ubicar en la intersección entre Chapinero y Usaquén”, menciona el magíster.

Agrega que “estas se ubican en entornos tolerantes, seguros, que fomenten la creatividad y eso se observa justamente en Chapinero, en donde hay una gran cantidad de laboratorios digitales, aceleradoras de start-up e inversores. Entonces se crea todo un ecosistema que apoya la generación y el fomento de ese tipo de empresas”.

Menos de la mitad de las personas en 20 localidad de Bogotá utilizan
internet a diario. Foto: archivo Unimedios.
Con respecto al uso de internet, identificó que Teusaquillo es la localidad que más frecuenta el internet cada día (74,3 % de los encuestados), y contrasta con Usme (29,5 %). Menos de la mitad de los encuestados en 8 de las 20 localidades reporta un uso diario, especialmente las ubicadas al sur de la ciudad.

Anota que “el contraste con el área rural es aún mayor: en Sumapaz solo el 10 % de la muestra lo utiliza diariamente, el 21 % lo utiliza al menos una vez por semana, y el 56 % nunca lo utiliza”.

“Los datos muestran que el despliegue de la infraestructura TIC está reflejando y reforzando jerarquías espaciales y desigualdades que ya existen; entonces, hay una promesa con estas tecnologías y es que nos van a conectar a todos, que las periferias van a poder acceder a estas innovaciones, lo que evidentemente no está sucediendo”, concluye.

Inicia racionamiento de agua en Bogotá 11 de abril: conoce localidades y barrios

Desde este jueves 11 de abril de 2024, Bogotá y los municipios que se abastecen por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá -EAAB- tendrán suspensiones o racionamiento alternados de agua potable por el bajo nivel de los embalses.

 La primera restricción iniciará a las 8:00 de la mañana de este jueves 11 de abril con el turno del día uno, que corresponde a barrios en diez localidades del nororiente y centro de la ciudad.

Es importante señalar que cada turno está programado para una duración de 24 horas, aunque en algunos sectores la normalización del servicio puede tomarse unas horas adicionales y presentar cambios de coloración del agua sin afectación de su potabilidad.

¡Conoce dando clic aquí, las zonas y horarios con restricción de agua y planifica tu consumo!

Localidades y barrios en los que regirá el racionamiento este jueves 11 de abril

Zona del día uno: comprende barrios en diez localidades; Antonio Nariño (23 barrios), Barrios Unidos (53), Chapinero (18), Los Mártires (22), Puente Aranda (69), Rafael Uribe Uribe (28), Santa Fe (1), Teusaquillo (52), Tunjuelito (4) y Usaquén (16).

Estas son las direcciones o perímetros que delimitan la zona uno:

Entre calle 116 y calle 85, entre carrera 2 y carrera 45
Entre calle 85 y calle 53, entre carrera 7 y carrera 45
Entre calle 85 y calle 26, entre avenida Caracas (carrera 14) y carrera 68 Entre calle 26 a calle 44Sur, entre carrera 6 y carrera 68.

Localidad / Barrios y/o Municipio

Antonio Nariño
• La Fragua - Urbanización Sargento Páez Pabón - • Campiña del Restrepo - • San Antonio - Urbanización Av. Luna Park - • Sultana - • Villa Mayor Antigua - • Eduardo Frei - • Santander - • La Fragua - • Santa Isabel V sector - • Santa Isabel del Restrepo - • La Fragua - •Urbanización Ciudad de Quito - • Santander Norte - • Restrepo - Urbanización Alfonso López Pumarejo - • La Fraguita - • Luna Park - • Restrepo Occidental - • Sena - • Restrepo - • San Antonio - • 5 de Noviembre - • Arboleda del Rey - • San Jorge Central II sector - • San Jorge Central

Barrios Unidos
• Rincón del Salitre - Urbanización Modelo II - • Urbanización Santa Mónica - • Polo Club - • San Fernando Occidental -Urbanización Av. Chile - • San Fernando - • Polo Club - Urbanización El Lago - • Polo Club - • Concepción Norte - • La Esperanza - • Baquero - • Muequeta - • Quinta Mutis - • Benjamín Herrera - • El Rosario - • S.C Parque Distrital El Salitre - • Club de Empleados Oficiales - • San Miguel - • Popular Modelo - Urbanización Ciudadela de Los Parques -  •Popular Modelo - • Parque Popular El Salitre - • José Joaquín Vargas - • J.J. Vargas - José Joaquín Vargas - • Los Alcázares - Urbanización Supercenter - • Colombia - • San Felipe - • La Aurora - • Los Alcázares Norte - • Los Alcázares - • Santa Sofía - • Polo Club - Colombiana de Capitalización II Sector - • Polo Club – Brasilia - • Urbanización Entre Ríos Zona Industrial - • 11 de Noviembre - • La Paz - • Siete de Agosto - • San Fernando Occidental - • La Merced Norte - • Juan XXIII -  •Jorge Eliécer Gaitán - • 12 de Octubre - • Urbanización Simón Bolívar -  Metrópolis - • Entrerios - Urbanización Alma Industrial - • Entrerios - • Escuela Militar - • Polo Club - Colombiana de Capitalización I Sector - • La Patria - Barrio San Martín - • La Libertad - • Rafael Uribe - • La Libertad San Fernando - • 12 de Octubre – Alcabaza - • Simón Bolívar - • Urbanización Entre Ríos

Chapinero
• Espartillal - • Chicó Norte - Urbanización La Gran Vía - • Antiguo Country - • El Chicó - • Chapinero Norte - • Sierras del Chicó - • La Cabrera - • El Retiro - • Chicó Norte III Sector - • Quinta Camacho - • Chicó Reservado II Sector - • Chicó Norte - Urbanización Conjunto de La Cien - • Chicó Reservado - • Chicó Norte - • Lago Gaitán - • El Retiro - Villa Andina - • El Nogal - • Porciúncula

Los Mártires
• Diana Carolina - • Eduardo Santos - • El Vergel - • Santa Isabel Sur - • La Fragua - • Usatama - • Santa Fe - • Colseguros - • Florida - • Ricaurte - • Santa Isabel - • Samper Mendoza - • Voto Nacional - • La Pepita - • La Estanzuela - • El Progreso - • Paloquemao - • San Façon - • El Listón - • La Sabana - • Veraguas - • Santa Isabel Veraguas

Puente Aranda
• Pensilvania - • Brisas del Galán - • La Guaca - • Primavera Norte - San Francisco - • La Pradera - • La Trinidad - • Ciudad Montes III Sector - • Jorge Gaitán Cortés - • Urbanización Corkidi - • San Gabriel - • Colón - • Camelia II sector - • Galán - Urbanización Los Bungaviles - • Galán - • Cundinamarca - • Yira Castro - • Tibaná - • Urbanización Bosques del Sur - • Bosque de Los Comuneros - • La Asunción - • Las Violetas - •La Asunción - • Bochica Puente Aranda - • La Florida Occidental - • Estación Central - • El Ejido - • La Camelia - • Galán - •El Portal del Castillo - • Galán - Urbanización Los Arrayanes - • San Eusebio - • Remanso Sur - • Autopista Sur - • Villa Sonia - • San Jorge Central - • Ortezal - • Camilo Torres - • La Ponderosa - • La Guaca IV sector - • Tibaná II sector -Parques de Primavera - • Santa Rita III Sector - • El Jazmín I sector - • El Jazmín II Sector - • El Sol - • Torremolinos - • Milenta - • Camelia Sur IV sector - • Villa Inés - • Urbanización Central - Jorge Gaitán Cortés - • Las Carabelas - • Santa Matilde II sector - • El Arpa y La Lira - • Industrial Centenario - • Los Ejidos - • Gorgonzola - • Batallón Caldas - • Salazar Gómez - • Centro Industrial - • Veraguas Central - • Primavera Occidental - • Santa Isabel Occidental - • Remanso - • Santa Matilde - • San Rafael Industrial - • Barcelona - • Puente Aranda - • San Rafael - • Barcelona - Urbanización Los Eucaliptos - • Portal Primavera II - • Parques de Primavera - • Villa del Rosario

Rafael Uribe Uribe
• Urbanización Tanque de Santa Lucía - • San Juanito - • San Jorge Sur - • San Jorge Gloria Gaitán - • Marco Fidel Suárez - • Tunal Sector I - • Libertador - • Santiago Pérez - • Centenario - • Quiroga Sur - • Olaya - • Quiroga - • Gustavo Restrepo - • San José Sur - • Urbanización Unidas Samoa - • Inles - Comfamiliares Aseguradores II - • Tunal Sector II - • Urbanización Santa Catalina - • Villa Mayor - • Santa Lucía - • Claret - • Murillo Toro - • Urbanización Santa Lucía - • Inglés - • Quiroga IX etapa - • Villa Mayor Oriental - • Bravo Páez - • Quiroga Central.

Santa Fe
• Sagrado Corazón Teusaquillo - • Cama Vieja - • Gran América - Multifamiliares Futura - • Ciudad Salitre - Urbanización Industrial Los Cámbulos - • El Campín - • Chapinero Occidental - • San Luís - • Galerías - • Gran América - El Parque - • Ortezal - • Pablo VI - Urbanización Montana Quirinal III etapa - • El Salitre A.S.D. - • Prados del Salitre - • Ciudad Salitre Nororiental - • Armenia - • Estrella
 
Teusaquillo
• Florida - Panamericano - • Gran América - • Acevedo Tejada - • Bosques del Salitre - • Santa Clara - • Ortezal - • Ortezal Cádiz - • El Recuerdo - • Quinta Paredes - • Pablo VI Etapa II - • Pablo VI Norte - • Biblioteca Virgilio Barco - • Parque Simón Bolívar - • El Salitre - • Pablo VI Etapa I - • Banco Central - 
• Belalcázar - • Santa Teresita - • Cama Vieja 2 - • Ciudad Universitaria - • Centro Administrativo Occidental - CAN - • La Esmeralda - • Ciudad Salitre Suroriental - • Nicolás de Federman - • Campín Occidental - • La Soledad - • Palermo - • Quesada - • Alfonso López - • Ortezal - Quinta Paredes - • La Magdalena - • Las Américas - • Prados de Salitre II - • Cama Vieja Villa del CAN - • Centro Nariño - • Rafael Núñez.

Tunjuelito
• Escuela General Santander - • Tunal Antiguo - • Tunal Sector I - • Santa Lucía Sur. 

Usaquén
• Escuela General Santander - • Tunal Antiguo - • Tunal Sector I - • Santa Lucía Sur. - • Santa Bibiana - • Escuela de Infantería - • Rincón del Chicó - • San Patricio - • Santa Ana Occidental - • Molinos Norte

Sumapaz, un desafío para la planificación territorial

Por sus características de protección ambiental, en esta zona es difícil construir los equipamientos necesarios para el desarrollo de la vida de sus habitantes. El reto para el gobierno de la ciudad es desarrollar estrategias de planificación que permitan visibilizar el territorio.














agenciadenoticias.unal.- Sumapaz es considerada como la única localidad totalmente rural de Bogotá. Allí se encuentran parte del Parque Nacional Natural Sumapaz y 12 áreas de reserva forestal del Distrito. Por sus condiciones geográficas y climáticas su población es reducida, según el DANE es de alrededor de 3.100 habitantes.

Los sumapaceños son población campesina.

LUIS ACOSTA / AFP

“Estas condiciones han hecho que, desde la planificación, el gobierno de la ciudad haya invisibilizado este territorio. Sin embargo, su población también forma parte de Bogotá y se deben garantizar sus derechos y accesos a los servicios urbanos, al igual que el resto de los habitantes de la capital”, afirma la administradora pública Evelyn Donoso Herrera, candidata a magíster en Gobierno Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

En su trabajo de investigación “La planificación territorial de Bogotá, una ciudad con piezas rurales: el caso de la Localidad 20, una mirada desde el Sistema de Movilidad”, la estudiante centró su interés en analizar la idoneidad de los instrumentos de planificación territorial, especialmente aquellos relacionados con la planificación del Sistema de Movilidad de Bogotá, para la intervención de Sumapaz.

La población de Sumapaz es escasa, que según
el DANE de unos de 3.100 habitantes.
LUIS ACOSTA/AFP
Ella explica que “uno de los principales propósitos fue demostrar que dichos instrumentos han abordado este territorio desde un enfoque eminentemente productivo y han desconocido otros factores que deberían incidir en los procesos de planificación, como el acceso a bienes y servicios básicos de su población. Lo anterior teniendo en cuenta que de esto depende en gran medida el bienestar y mejoramiento de la calidad de vida de dicha población”.

Movilidad como eje ordenamiento territorial

Para el profesor Diego Isaías Peña, del Instituto de Estudios Urbanos (IEU), director del trabajo de maestría, “la única manera para que los sumapaceños suplan sus necesidades in situ es garantizando que tengan un sistema de movilidad rápido y eficiente que los conecte con el área urbana, así podrían acceder a esos servicios sin tener que ubicarlos en el territorio.

Al respecto, la estudiante Donoso indica que “hoy las personas que viven en las veredas más alejadas utilizan cuatro horas de camino para acceder a la zona urbana, y a las más cercanas les toma dos horas”.

En Sumapaz se encuentran parte del Parque Nacional
Natural de Sumapaz y 12 áreas de reserva forestal
del Distrito.

“Como los medios para transportarse más utilizados son caminar y montar a caballo, estos resultan inviables para recorridos tan extensos. Por ello la comunidad gestionó una línea de bus con la empresa privada Cootransfusa, la cual presta el servicio una o dos veces por semana. Los costos son muy elevados porque para llegar a la parte urbana de Bogotá deben disponer de 100.000 pesos, el precio del pasaje es de 40.000 pesos por trayecto, más los gastos adicionales”.

“En el marco del proceso de planificación y ordenamiento se debe establecer un sistema de transporte que se adecue a esas condiciones de la localidad, que no afecte el ecosistema y que sea concertado con la población. Mientras el POT reconoce la ruralidad el plan maestro de movilidad habla de un sistema integrado de transporte para el perímetro urbano”.

Otro enfoque para la ruralidad

La investigadora manifiesta además que aunque existe la idea de que el habitante de Sumapaz requiere unos servicios y para ello debe tener acceso a estos en el área urbana de Bogotá, esto también debe ser en el sentido contrario, es decir que los pobladores del centro urbano puedan acceder a la localidad 20.

Es necesario garantizar que los sumapaceños tengan
un sistema de movilidad rápido y eficiente que los
conecte con el área urbana. Unimedios
“Lo importante es entender la ruralidad de otra manera, pues aunque en el POT vigente se hace énfasis en el acceso a alimentos y elementos básicos, es fundamental tener en cuenta el componente social y las apreciaciones de los habitantes. Se debe pensar un modelo de movilidad eficiente no solo en términos económicos sino también culturales y de accesibilidad. Los resultados del trabajo de la investigadora Donoso se presentaron en el programa Observatorio de Gobierno Urbano, de Radio UNAL (98.5 FM). Aquí puede escucharlo completo. 
Creado por fin/CJS-IEU/dmh/LOF

Pintemos de verde el Parkway

Vecinos han decidido sembrar ellos mismos el pasto y embellecer este corredor 


Nathalie Michelou.-  Vecinos de este emblemático sector crearon la iniciativa Pintemos de Verde el Parkway, que nace de haber constatado que por un vacío jurídico-administrativo, no hay ninguna entidad del distrito encargada de la siembra de pasto en este lugar, que, aunque se define como un separador vial, también es un corredor ambiental, sendero con tintes de parque y el pulmón verde de la zona, sirviendo para que animales de compañía, niños y familias lo disfruten con juegos, picnics, muestras artísticas, entre otros. 

Ante esta situación, los vecinos han dado a conocer la problemática a las entidades del Distrito para que busquen una solución. Mientras la administración se responsabiliza, la comunidad ha decidido sembrar el pasto y embellecer el Parkway. 

Para esto, han hecho diversas actividades de recaudación de fondos, entre estas, la Feria Pintemos De Verde El Parkway. “Este es un encuentro entre vecinos, organizado por voluntarios de la zona, en el que, durante un día, los comercios, restaurantes, artistas y vecinos en general, se reúnen y a través de actividades como talleres, clases de yoga, danza, etc., y de la venta de productos locales y de almuerzos, se recaudan fondos para sembrar pasto y embellecer el Parkway, este es un perfecto ejemplo de empoderamiento y participación ciudadana” sostiene Juana Oberlaender, líder del barrio La Soledad.

En la primera versión de la Feria, que tuvo lugar en septiembre del 2016, lograron recaudar y sembrar 1300mts2 de Pasto.

Este año, la convocatoria es para el domingo 25 de Noviembre, 10am a 06pm en el monumento del Almirante Padilla. En la programación habrá bailes, música, bingo, rifas, joyas, ropa, accesorios, libros, etc., y deliciosos almuerzos. “Es una bonita forma de pasar el domingo, hacer un par de compras y contribuir a una buena causa” dice Amanda, vecina que vive hace más de 40 años en la zona. 

“De esta forma, esperamos que comunidad, autoridades locales, entidades del distrito logren articular acciones que permitan mantener este hermoso lugar en óptimas condiciones para el disfrute de habitantes, visitantes y turistas" agrega, Camila Manzanares M. Edilesa de Teusaquillo

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