
Dicha organización,
que se hacía conocer como Blanca Nieves, se dedicaba a la rematriculación de
vehículos hurtados en Colombia y países vecinos (Ecuador, Perú y Venezuela),
utilizando nombres de personas fallecidas para ser registradas en el Sistema
RUNT con ayuda de funcionarios del SIM de Bogotá; de esta manera hacían legales
los documentos de los automotores y, posteriormente, los comercializaban.