Estos equipos, que
pueden producir cerca de 10 toneladas de abono mensualmente, fueron situados en
Usme, Ciudad Bolívar, Chapinero, Santa Fe y Suba, otros 13 se ubicaron en
diferentes áreas residenciales de la localidad de Barrios Unidos.
por jcortes. - Agencia
de Noticias UN. - El montaje se hizo en el marco de un convenio entre la
Universidad Nacional (U.N), a través del programa de extensión de la Facultad
de Ciencias Agrarias y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos
(UAESP), de la Alcaldía Mayor de Bogotá. Así, se busca desarrollar estrategias
para reducir la contaminación que causan los residuos orgánicos, y a la vez
comenzar a crear un plan a mediano plazo para aprovecharlos y reincorporarlos
en el ciclo productivo.
Con este proyecto, la
U.N. está proponiendo alternativas para aprovechar los desperdicios orgánicos
producidos masivamente en Bogotá, como residuos de comida, cáscaras, frutas en
descomposición, pastos, verduras, café, flores y ramas.
Hoy en día, en Bogotá
se producen 6.300 toneladas (t) diarias de basura, de las cuales 4.500
corresponden a restos orgánicos que se llevan directamente al relleno Doña
Juana, allí no son aprovechados, pero sí causan graves daños porque no solo
contaminan las fuentes de agua subterránea, sino que también compactan el suelo
y generan malos olores y plagas.
La descomposición de
todos estos desperdicios produce gases de efecto invernadero (GEI) que muchas
veces causan explosiones, como la ocurrida en ese relleno el 27 de septiembre
de 1997.
Por su parte, los
equipos del Grupo de Investigación en Sistemas Integrales de Producción
Agrícola y Forestal (Sipaf) son mecánicos y esencialmente producen compostaje y
lombricompostaje.
Se trata de equipos
portátiles y fáciles de desplazar, uno de sus componentes está adecuado para
recibir los desechos, mezclarlos regularmente y acelerar la degradación; pueden
hacer un proceso completo de compostaje o también funcionan para preparar el sustrato
que les sirve de alimento a las lombrices, que se introducen en otro de los
componentes del módulo y se encargan de procesar, a través de su sistema
digestivo, todos los residuos orgánicos en descomposición.
Los excrementos
arrojados por estos anélidos son un eficaz abono que se puede usar, por
ejemplo, para fertilizar jardines o suelos. Los módulos pueden producir cerca
de 10 toneladas de abono al mes.
Por otro lado, la U.N
desarrolló esta idea avalada por la Vicerrectoría de Investigación, luego de
que la Alcaldía Mayor de Bogotá comprobara la experiencia de la Institución en
este tema.
En el campus
universitario existe desde hace 12 años un Centro de Compostaje que transforma
cerca de 40 toneladas de residuos semanales que se producen en las 35
cafeterías, y de los que también hacen parte los pastos que se cortan de las
zonas verdes, las hojas que caen de los árboles, los aserrines del hospital de
animales, al igual que los residuos de ordeño que salen del hato, entre otros.
Con todo esto se obtiene abono que sirve para fertilizar el campus. De paso, la
U.N. crea una pequeña economía sostenible y circular que no produce, usa y
tira, sino que recicla y reutiliza.