Concejal Heidy Sánchez |
De acuerdo con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), comparando oferta y demanda de 2004 a 2023, se puede concluir que antes del 2013 el consumo promedio de la ciudad nunca superó los 15,5 m3/s, pero desde el 2017 se viene presentando incremento en la demanda de agua en más de 1 m3/s, llegando en la administración de Carlos Fernando Galán a cerca de 17 m3/s. Al día de hoy, la capacidad de las principales plantas de potabilización oscila entre 14,45 y 19,45 m3/s. Según la actualización del plan de abastecimiento de la ciudad, la demanda de agua aumentará de manera constante año a año hasta el 2050, aproximadamente en 0.2 m3/s, agravándose con la creciente demanda del sector inmobiliario para la construcción de viviendas en la ciudad (entre 30 mil y 45 mil al año), lo que llevará a que Bogotá se quede sin agua.
Desde el año 2018 estudios de la EAAB venían generando alertas frente a la disminución histórica de la afluencia en los embalses que componen el sistema Chingaza, es decir, ya se tenía conocimiento técnico de la sistemática disminución histórica de las lluvias, pero esto no es todo, desde el 2021 en los meses de diciembre y enero la disponibilidad del sistema contrastada con la oferta era cero, situación que se complicó en octubre, noviembre, diciembre y enero del 2022 cuando la demanda era superior, pero la tendencia indicaba que a partir del mes de junio de 2023 el consumo era superior a la capacidad de recarga del embalse. Es falso eso que nos quieren hacer creer que esta situación es coyuntural, pues las proyecciones permiten inferir que el racionamiento seguirá durante el 2025.
Lo que más preocupa, es que el Plan Maestro de Abastecimiento de la EAAB, actualizado a 2021, contiene obras para las ampliaciones de los sistemas que se han destacado por hallazgos administrativos y fiscales de los entes de control debido a retrasos e incumplimientos técnicos, ratificando que la única certeza existente es la incertidumbre frente a la disponibilidad del recurso a futuro. Bogotá camina sin agua, y la administración Galán parece no comprender la complejidad de la crisis.
Sumado a lo anterior, presentamos una denuncia basada en la revisión de los contratos de suministro de insumos químicos para las plantas de tratamiento de agua potable en Bogotá. Demostramos presuntas compras indebidas en torno a los insumos que se venden de manera sólida y se diluyen en agua. La EAAB compra el producto en presentación líquida, es decir, se paga por un compuesto que tiene menos del 5% del químico y 95% de agua a precios exorbitantes comparados con otras empresas del mercado, incluso empresas que importan el producto. Sumado a esto, genera suspicacia que los distribuidores sean los mismos durante los últimos 5 años, con contratos por más de $6.000 millones.