La propuesta fue elaborada por estudiantes del Observatorio
de Movilidad Sostenible de Diseño Industrial de la U.N., quienes se inspiraron
en los cerros orientales, con Monserrate incluido, para ponerle un sello de
ciudad a los automotores que la empresa china Higer traerá a la capital del
país.
La apariencia del bus se transformó con la propuesta
de
diseño del equipo de la U.N.
Imagen: UN
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Los elementos escogidos son quizás los referentes más
sobresalientes de Bogotá, razón por la cual el diseño está inspirado en ellos,
buscando que la nueva apariencia de líneas más limpias y futuristas genere
identidad y fortalezca el carácter icónico del Transmilenio.
Con el plan de ascenso tecnológico, Transmilenio busca
implementar nuevas tecnologías con bajas o nulas emisiones en sus rutas; por
consiguiente, la ciudad espera la reconversión de la flota con buses menos
contaminantes, como el híbrido en serie.
Juan Carlos Mendoza Collazos, profesor de la Escuela de
Diseño Industrial de la U.N., explica que el proyecto nació con la
participación del Observatorio de Movilidad Sostenible, en la feria
internacional de transporte masivo organizada en el 2013. Allí, los estudiantes
tuvieron un espacio para mostrar los trabajos que se adelantan en el
observatorio en términos de movilidad sostenible, especialmente en vehículos de
transporte masivo público.
En esta muestra resultó ganadora una propuesta llamada
Cobalto, que se basó en soluciones mejoradas para espacios interiores de buses
y sistemas de generación eléctrica.
La exhibición llamó la atención de la empresa china Higer,
la segunda constructora de buses del país oriental, con una producción de
40.000 automotores al año. Los empresarios, al conocer el talento de la
Escuela, decidieron hacer un concurso, con el fin de crear propuestas de diseño
para parte de la carrocería de los nuevos buses que rodarán por la ciudad.
Diseño moderno
Los futuros diseñadores idearon
las cubiertas exteriores que
revisten
el ultracapacitador o reservorio de energía.
Imagen: UN
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El trabajo aportó un diseño moderno y atractivo, que
permitió esconder el ultracapacitador en la parte trasera del techo, pues dicho
elemento generaba una apariencia anticuada.
Esta nueva presentación busca que tanto los ciudadanos como
los usuarios se sientan identificados con el bus. También pretende rescatar el
carácter icónico y el sentido de pertenencia que tuvo Transmilenio años atrás,
pero esta vez enfocado hacia el futuro y hacia el ascenso tecnológico de energías
eléctricas, eficientes y no contaminantes.
“La experiencia con la empresa Higer materializa uno de los
objetivos del observatorio: el trabajo en contextos reales para que los
estudiantes tengan un impacto no solo en la academia, en las instituciones
públicas y en la empresa privada, sino en la sociedad”, resalta el profesor
Mendoza.
Alejandro Otálora, estudiante de Diseño Industrial de la
U.N. y uno de los encargados de crear el modelo, explica que el reto fue
transformar el vehículo, mediante un diseño propositivo, productivo e
interesante para la capital.
“Vimos que la principal característica que debía tener era
una relación formal con la ciudad”, asegura.
“El problema principal era el ultracapacitador, que se ubica
en la parte externa del techo. Este artefacto es muy robusto y le quita
estética a la línea de la carrocería. No obstante, logramos una apariencia más
suave, ligera y futurista, que expande la sensación visual de los vidrios”,
sostiene Otálora.
También se realizó un gran esfuerzo no solo para evidenciar
las características tecnológicas sino para que la propuesta admitiera la
divulgación de mensajes.
Se trata de un diseño con propaganda visual, conformado por
una línea de ledes a lo largo del techo,
el cual se ilumina cuando el vehículo frena y así facilita su
identificación.
Dicha línea, que cambia de color, brinda la posibilidad a
Transmilenio de enviar información visual a los usuarios. Además, los colores
de la pintura, que pasan por el azul, el blanco, el negro y el verde, se
conjugan de manera delicada con las luces y los mensajes.
Teniendo en cuenta la migración a nuevas tecnologías, se
consideró el posible cambio a futuro de las cubiertas, de manera que cuando el
sistema sea actualizado, estas se acoplen a los nuevos diseños y oculten
elementos como el pantógrafo, un sistema de conexión que lleva la electricidad
al bus.
El equipo de diseñadores, que estuvo involucrado en el
trabajo de rediseño del vehículo, está conformado por los estudiantes Alejandro
Otálora, Julián Gil, Simón Platín, Brian Rolón, Mateo Irreño y Fabián Urueña.
Como premio, los jóvenes diseñadores viajarán en los
próximos meses a la República Popular China, para supervisar personalmente las
modificaciones hechas a los techos de los buses en la planta de Higer.